- Demandas morales firmes.
- Uso intensivo de razonamiento y explicaciones.
- Uso consistente de límites y normas claras.
- Fuertes lazos de afecto y empatía.
- Implicación, compartir actividades agradables con los niños
- Asumir las rectificaciones, nuestras propias rectificaciones, como un hecho natural en la vida; sin dramatismos, viendo en cada fallo una oportunidad para aprender.
- Estimular a los niños a especificar cada valor en un conjunto de actitudes y comportamientos concretos.
- Promover actividades de juego libre con los iguales.
- Valorar al máximo su forma de relacionarse con los demás; potenciar su capacidad para escuchar, para compartir, para disfrutar de las personas, para generar sentimientos de amistad, de afecto, de cariño.
- Criticar la violencia cuando aparezca, en todas sus manifestaciones exponiendo alternativas de resolución de conflictos y fomentado la comunicación, mostrando nuestra confianza en el ser humano, en su capacidad de afrontar y superar situaciones injustas a lo largo de la historia.
- Educar en valores antídotos de la violencia (justicia tolerancia, solidaridad, respeto...)
-Aumentar conductas positivas a través de refuerzos sensoriales: caricias, sonrisas, miradas de agradecimiento...
- Utilizar sanciones que no induzcan rabia.
- Basar la educación en el principio “no hay derechos sin responsabilidades”.
“Los niños emplean su inteligencia en lo que les importa.”
Dossier relaciones sociales (2006)