domingo, 23 de marzo de 2008

Una pesadilla en mi armario


Título original "There´s a nightmare in my closet" Primera edición publicada por The Dial Press, USA. La autora también de las ilustraciones es Mercer Mayer, 1968.

"Durante algún tiempo
hubo una pesadilla
en mi armario..."

Así comienza este libro, de una manera directa. Bueno realmente así comienza una de las traducciones en lengua española concretamente la de Miguel A. Diéguez para ediciones Altea en el año 1982, la mejor para mi gusto.
El libro como puede suponerse trata de los miedos de un niño. Miedo a las puertas entornadas, a la oscuridad de la noche, a los monstruos-pesadillas y de cómo, valientemente, decide enfrentarse a su miedo, para dormir con él, y finalmente, la seguridad de que hay otros miedos y la decisión de no hacerles caso... por el momento.
La historia es interesante, pero lo mejor es cómo página a página, frase a frase, ilustración a ilustración la autora nos introduce en el mundo del personaje infantil, en sus sensaciones de inseguridad, de miedo y con él vamos haciéndonos dueños de la situación.
El lenguaje claro y directo, las oraciones van hilando el sencillo hilo de la historia, al que nos agarramos y siguiéndole, llegamos al fascinante mundo del pensamiento infantil.
Este hilo conductor se percibe más en esta traducción, la que estoy aludiendo, en la que las oraciones introducidas por conectores (durante, por lo que, sin embargo, cuando, una noche, en cuanto, entonces, de todos modos...) permiten que la historia fluya.

Actualmente el libro se puede encontrar en Kalandraka Editora, 2001, la traducción de Xosé M. González "Oli", las ilustraciones las de siempre, pero el texto y sus matices... los niños que conocen el texto traducido por Miguel A. Diéguez, dicen que no es así.

"Supongo que habrá
otra pesadilla en el armario,
pero mi cama es
demasiado pequeña para tres..."

Un espacio para un cuento


"Duérmete niño chiquito
duérmete y no me des pena,
que dirán que llora un niño
en casa de una doncella..."

Desde que el niño nace está rodeado de literatura: las nanas, las retahílas... No es de extrañar pues, que según va creciendo, siga rodeado de ella, ese debería ser uno de nuestros propósitos respecto a su educación.
Un buen libro para niños debe reunir una serie de requisitos, el primero de todos ellos: que cautive al adulto que lo cuenta ya que va a ser el nexo de unión entre el niño y el libro; de su mano, de su entonación, de su ilusión y entuasiamo al leer dependerá también que la historia cautive a su vez al niño.
Debe tener unas estupendas ilustraciones, llenas de expresividad que complementen al texto y que, una vez que éste se ha memorizado, sirvan para ver más allá de las palabras. La historia puede ser tierna o impactante, desenfadada, profunda, triste, alegre, real, increíble, cotidiana, surrealista... Lo más importante es cómo está contanda, el lenguaje, la implicación del autor, su narrativa, capaz de en unas sencillas oraciones, trasladar al lector al lugar dónde algo va a ocurrir, como en cualquier libro de calidad.
Pero para poder abordarlos tal y como se merecen hay que crear un espacio para cada cuento, para cada libro; si el adulto conoce el libro o lo ha leído previamente, seguramente disfrutará mucho más del momento en el que se convierte en el transmisor, se anticipará a las reacciones del niño y será capaz de crear ese espacio único.

Conozco algunos cuentos, algunos libros de literatura infantil contemporánea, clásicos, los llamaría... Así es que, voy a crear un espacio para cada uno y para las bocas abiertas y los ojos llenos, y los corazones que laten sin parar.